La talasocracia

En el año 535 a. C. tenía lugar, frente a las costas de Córcega, la batalla de Alalia entre los foceos que, huyendo de los persas se habían asentado un poco antes en lugares como Alalia y Olbia, y una coalición marítima de etruscos y cartagineses. Heródoto es la única fuente en el que este acontecimiento se ha preservado:

“Cuando llegaron a Córcega, vivieron por espacio de cinco años en compañia de los que habían llegado anteriormente y allí erigieron santuarios. Pero, como resulta que se dedicaban a pillar y saquear a todos sus vecinos, ante ello, los tirrenios y los cartagineses, puestos de común acuerdo, entraron en guerra contra ellos con sesenta naves por bando. Los focenses equiparon también sus navíos en número de sesenta y salieron a hacerles frente al mar llamado Sardonio. Libraron entonces un combate naval y los focenses obtuvieron una victoria cadmea, pues cuarenta de sus naves fueron destruidas y las veinte restantes quedaron inservibles, al haber resultado doblados sus espolones. Se volvieron, pues, a Alalia, recogieron a sus hijos, a sus mujeres y todos aquellos enseres que sus naves podían trasportar y, sin demora, abandonaron Córcega poniendo rumbo a Regio”. (I, 165 ss; TRAD. C. Schrader)


A pesar de todos los intentos posteriores de convertir Alalia en el primer episodio de un enfrentamiento entre cartagineses y griegos en el Mediterráneo, Heródoto es muy claro al respecto, se trataba de erradicar la piratería focea en aquellas aguas. Este episodio de pirateria no es un caso aislado, como podemos observar en el siguiente texto del mismo autor:

“Por su parte, el foceo Dionisio, al percatarse de que la causa de los jonios estaba perdida, se hizo a la vela después de haber capturado tres naves enemigas, pero no con rumbo a Focea -pues sabía perfectamente que dicha ciudad, al igual que el resto de Jonia iba a ser esclavizada-, sino que, con los efectivos que disponía, puso proa a Fenicia. En aquellas aguas hundió varios gaulos, haciéndose con un cuantioso botín y, posteriormente, se dirigió a Sicilia, donde estableció su base y estuvo dedicado a la piratería en detrimento de cartagineses y tirrenos, pero no de los griegos”. (VI, 17; TRAD. C. Schrader)

Las noticias que a cerca de oscuros combates navales entre massaliotas y cartagineses nos dan Pausanias, Tucidides y Justino no justifican la hipótesis de un enfrentamiento entre griegos y púnicos en el Mediterráneo por el control de las rutas comerciales. El comentario de Tucídides (I, 13, 6), en un contexto en el que recuerda las flotas más poderosas, no puede ser más escueto e impreciso:

“Por su parte los focenses fundaron Massalia y derrotaron en una batalla naval a los cartagineses”.

En cualquier caso, el conflicto parece posterior a la fundación de Massalia y no tiene porque guardar relación con ella. Por su parte Pausanias (X, 8, 6-7; 18, 7) dice lo siguiente:

“Según se entra en la ciudad de Delfos, hay una serie de templos; el primero está en ruinas, el segundo despojado de imáges y estatuas, el tercero contiene unas pocas estatuas de emperadores romanos, el cuarto es el de Atenea Pronea. De las imágenes, la que está en el pronaos es ofrenda de los masaliotas, y es mayor que la que hay dentro.
Los masaliotas son colonos de los focenses de Jonia y son parte de los que huyeron del persa Hárpago. LLegaron a vencer en el mar a los cartagineses, y conquistaron el país en que se establecieron, y llegaron a gran prosperidad... Los focidos de Elatea, después que resistieron el asedio de Casandro, gracias al auxilio de Olimpiodoro desde Atenas, ofrendaron a Apolo en Delfos un león de Bronce.
El Apolo que hay junto a este león es una primicia ofrecida por los masaliotas después de su batalla naval contra los cratagineses”

Los textos de Pausanias y Tucídides, que mencionan una victoria naval de los masaliotas sobre los cartagineses, fueron estudiados por F. Villard, para quien la fecha de este conflicto habría que situarla en un momento en torno a los primeros años de la segunda mitad del siglo VI a. C. Una otra victoria naval sobre los cartagineses, posiblemente indentificada con la batalla de Artemisión, narrada por el historiador griego Sosilo, contemporáneo y amigo de Anibal, es situada por este investigador en torno al año 490 a. J.C., mientras que el confliato narrado por Justino, y ocasionado por la captura de unas naves de pesca, habría que situarlo según él en algún momento comprendido entre el segundo cuarto del siglo VI y comienzas del V. a. C.

Otros investigadores consideran que la victoria naval de los masaliotas sobre los cartagineses narrada por Tucídides, no es otra que la batalla de Artemisión sobre las costas mediterráneas de la Península Ibérica y consecuencia de una penetración focense hacia el sur después de la llegada a Massalia de refugiados de Alalia. Según los cálculos de P. Cintas, estta batalla debería ser fechada entre los años 493 y 490 a. C. Por su parte V. Krings, que ha realizado recientemente un estudio profundo y exaustivo de estos textos concluye que la tentativa por aumetar el número de textos disponibles sobre Alalia traduce, en realidad, el deseo, ante una información escasa, de aquellos que conceden una gran significación al acontecimiento. En su opinión, si Tucídices menciona a los masaliotas, y es la única vez que lo hace en su obra, es porque ello le permite ampliar la presencia griega a una región de la que no volverá a tratar, mientras que Pausanias utiliza unos de sus recursos tan frecuentes para explicar quienes eran los dedicantes de una ofrenda, sin intentar aludir a un episodio concreto de la historia de los focenses, por lo que ambas informaciones tendrían poco valor histórico.

Hace ya algunos años que A. N. Oikonomides ha llamado la atención sobre un discurso de Demóstenes, datado en los comienzas de la segunda mitad del siglo - IV a. C. en el que se trasluce una visión clara de la seguridad y concurrencia en las rutas maritimas entre Massalia y Atenas, así como de su frecuente utilización y de sus activas relaciones comerciales, que no encaja con la existencia de un bloqueo de las rutas marítimas hacia Occiddente por parte de Cartago. Pero hay más datos. El massaliota Pitheas franqueó las Columnas de Hércules, a fines del siglo IV o comienzas del III a.C., sin porblema alguno, en un momento en que, según una interpretación frecuente del segundo tratado entre Cartago y Roma, las costas situadas al sur de Mastia estaban dentro de la zona de exclusión. El alejandrino Timóstenes poseía, por su parte, una buena información acerca del Occidente que llegaba incluso al Estrecho, lo que tampoco sugiere un bloqueo púnico. Hacia finales del siglo VI a. C una flota mercante espartana en ruta desde Cirene a Túnez, no encontró obstáculo de ningún tipo para llegar al emporio cartaginés de Neapolis, en la costa sur del Cabo Bon, en supuesta zona prohibida.


BIBLIOGRAFÍA

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